
En esta entrevista hablamos con Cecilia Borrás, Psicóloga, madre superviviente de suicidio y presidenta-fundadora de DSAS, que nos ayuda a entender el cambio en el abordaje sobre el fenómeno del suicidio en nuestro entorno en los últimos años.
¿Cómo describirías el cambio en el abordaje del suicidio en los últimos años?
Hemos pasado de vivir el suicidio en silencio y con tabú a empezar a hablar de él abiertamente. Las instituciones han creado planes y protocolos, y la sociedad está cada vez más dispuesta a escuchar. Para mí, como madre superviviente, el gran cambio es ver que hoy ya no estamos tan solos como antes.
¿Cómo valorarías la disminución en el número de suicidios de los últimos años, tiene que ver con el plan? ¿Y con la mejora de la asistencia telefónica?
Es una buena noticia, aunque el descenso es pequeño. Los planes y las líneas telefónicas de prevención del suicidio han ayudado, pero todavía queda mucho trabajo por hacer. El hecho de que más personas llamen antes de un intento indica que estamos rompiendo muros de silencio.
¿Qué papel han tenido el plan y servicios como la asistencia telefónica en este descenso?
Han sido herramientas clave: los teléfonos ofrecen contención inmediata y el plan ha puesto en marcha protocolos en hospitales y escuelas. Pero sin más recursos y continuidad, estos avances pueden quedarse cortos.
¿Cuáles son los principales desafíos que afronta el sistema de salud mental actualmente?
Listas de espera demasiado largas, falta de profesionales y desigualdad territorial. Además, todavía hace falta un cambio cultural: entender el suicidio no solo como un problema médico, sino también social y comunitario.
¿Crees que las redes sociales pueden ser una herramienta útil para la prevención del suicidio? ¿Cómo?
Sí, pueden difundir información fiable, crear redes de apoyo y dar visibilidad a testimonios que ayudan. Pero también tienen riesgos: ciberacoso, presión social y contenidos nocivos. Por eso hacen falta educación digital y responsabilidad de las plataformas.
¿Cómo puede un/a profesional de la salud actuar de forma preventiva cuando detecta riesgo de suicidio en una persona atendida?
Escuchando sin juzgar, preguntando directamente si hay pensamientos de suicidio, validando el dolor y activando recursos. Lo más preventivo es establecer una conversación segura y hacer un plan conjunto para proteger a la persona.
¿Qué papel juega DSAS en la formación o sensibilización de los profesionales sanitarios en materia de suicidio y duelo?
En DSAS ofrecemos formaciones y testimonios en primera persona. Ayudamos a los profesionales a entender qué significa acompañar a una familia en un duelo por suicidio y a ver que hablar y escuchar es también hacer prevención con las personas supervivientes.
Desde tu experiencia personal y profesional, ¿qué te ha parecido más transformador en la lucha contra el suicidio?
Lo más transformador ha sido hablar de ello. Cuando las familias rompimos el silencio, la sociedad empezó a escuchar. Eso abrió caminos hacia la prevención y hacia la creación de asociaciones como la nuestra.
Cada vez más personas buscan ayuda antes de un intento. ¿Qué nos indica este cambio de comportamiento?
Es un signo de esperanza. Significa que los mensajes de prevención están llegando y que la sociedad ya no juzga tanto. Buscar ayuda es un acto de valentía y muestra que las personas quieren vivir.
¿Cómo puede la sociedad contribuir a romper el estigma que rodea al suicidio?
Hablando de ello sin miedo y con respeto. No ocultándolo ni juzgándolo. Los medios, las escuelas y las familias tenemos la responsabilidad de naturalizar la conversación y escuchar sin prejuicios.
¿Qué aspectos podrías señalar que quedan pendientes en el acompañamiento tras un primer intento?
Todavía falta continuidad en el seguimiento psicológico y social. Muchas personas salen del hospital sin suficiente apoyo. Y también es necesario incluir más a las familias, porque son parte esencial en la recuperación.