En la siguiente entrevista, conocemos a Guillermo Raúl Treviño Fernández, capellán del Hospital General de La Rioja y sacerdote coadjutor en la Iglesia Imperial de Santa María de Palacio.
¿A qué te dedicas profesionalmente?
Aunque en el plano estrictamente profesional estoy jubilado, durante casi toda mi vida profesional he ejercido de profesor de Primaria, Secundaria -sobre todo- y Formación Profesional en diversos lugares. También he tenido una magnífica experiencia en Misiones, principalmente en Costa de Marfil.
¿Cuáles son los retos profesionales más importantes que tienes en estos momentos?
Servir de apoyo a pacientes de Cuidados Paliativos de "últimos días" y a sus familias, ofreciendo a los que lo solicitan el confort de los sacramentos. Intento mostrarme ante ellos como una persona cercana y disponible para lo que deseen.
Profesionalmente hablando, ¿cuál es tu peor recuerdo?
Siempre que se produce el fallecimiento de algún paciente joven me siento muy afectado, pero poco a poco estoy aprendiendo a superarlo con la ayuda de mis compañeras del servicio de Psicología. En otro plano de cosas, me costó bastante tener que abandonar mi trabajo en Costa de Marfil y regresar a España después de sufrir un accidente.
¿Y el mejor recuerdo profesional?
Una señora, paciente de Paliativos, deseaba con fuerza llegar a contemplar el bautizo de su nieta. Estaba muy enferma hasta el punto de que la médico me indicó que seguramente no llegaría al día en el que habíamos concretado la celebración, dos días después de hablar con la paciente. Tuvimos la celebración del bautizo de la niña, Saray fue el nombre que eligieron para ella. Al terminar, la paciente me manifestó entre lágrimas que había sido uno de los días más felices de su vida.
La paciente participó en la celebración en silla de ruedas y recibiendo la medicación por vía intravenosa. El bautizo fue el 31 de octubre. Al día siguiente, paseaba con su marido por los pasillos del hospital y un día más tarde fue dada de alta con atención domiciliaria. Actualmente la señora vive en su casa con su familia atendida por el servicio de cuidados paliativos a domicilio. He hablado varias veces con ella por teléfono y me dice que está bien. ¡UNA GRAN ALEGRÍA!
En el proceso final de la vida de las personas, ¿qué te parece más importante?
Fundamental para mí es que los pacientes se encuentren cómodos, sin dolor. En otro orden de cosas considero muy importante que valoren su vida, los logros personales que han conseguido en ella y el legado que deja a sus hijos y familiares. También, en el caso de que sean creyentes, que se vean confortados por los sacramentos y tengan la oportunidad de vivir con esperanza estos momentos finales de la vida.
Estar al lado de las personas que sufren, ¿qué aporta a los pacientes y a sus familiares?
Aunque afortunadamente no es lo más frecuente, hay pacientes que viven su enfermedad en soledad. El recibir una simple visita les permite sentir que no están solos, que hay personas que se preocupan por ellos y que desean su recuperación. Tienen la oportunidad de compartir con ellos sus alegrías, rememorando escenas del pasado, sus planes y deseos, sus temores y pensamientos oscuros. Pueden recibir también palabras y sentimientos de esperanza y la certeza de que siempre podrán contar con ellos.
La situación de los familiares que acompañan al paciente suele ser variada. Desde familias que por el número de miembros pueden repartirse con cierta comodidad los momentos de atención al paciente, hasta familias poco numerosas -uno o dos miembros- en las que las tareas y los largos periodos de acompañamiento recaen siempre en las mismas personas. Es una carga pesada que les cuesta llevar. Esto se agrava cuando provienen de localidades lejanas a la capital.
El estar al lado de las familias les aporta, según mi experiencia, la oportunidad de comentar aspectos de la evolución de la enfermedad, manifestar las necesidades e inquietudes que tienen, encontrar también una palabra de consuelo en un momento dado y, para mí, lo más importante, tener cerca la presencia de una persona, de un amigo, con el que siempre y para lo que deseen pueden contar.
¿Cómo afrontas la muerte?
No creo que me pueda comparar con san Francisco de Asís que la denominaba la "hermana muerte", pero la afronto en este momento con naturalidad; al fin y al cabo, es algo que forma parte de la vida y de la cual también se puede aprender, como de todos los momentos de la vida.
Además, durante muchos años he intentado inculcar en mis alumnos la cultura del esfuerzo para que comenzasen, desde estos años de formación, a construir su futuro. Mis esfuerzos iban dirigidos al futuro de mis destinatarios. Ahora en el hospital, en muchos casos, hay un futuro claro y seguro: el partir de este mundo. Ahora me cruzo con la muerte por los pasillos, entrando o saliendo de una habitación. Aunque me duele el sufrimiento de las personas, la muerte no me impresiona. La fe me dice que la muerte ha sido derrotada y que no es el final del camino, como dice la canción. Creo que la fe es una gran ayuda para afrontar la muerte con naturalidad, con un guiño de esperanza y, para algunos pacientes, como una verdadera liberación.
¿Nos puedes recomendar algún libro?
Sí, por supuesto. Os recomendaría "Martes con mi viejo profesor" de Mitch ALBOM. Es la experiencia que tiene el autor con uno de sus profesores de universidad con el que se encuentra después de muchos años. Se entera de que su profesor sufre ELA y le propone verse todos los martes. En esos encuentros semanales encuentra el consejo y el aliento para su vida que vienen de las palabras de su viejo profesor.
¿Música y película favorita?
Desde mi juventud me ha entusiasmado QUEEN, lo sigue haciendo; pero me gusta casi toda la música. Exceptúo el RAP (me cuesta creer que eso sea música) y el REGUETÓN (sus letras me parecen muchas veces insultantes a la inteligencia y machistas).
Os recomiendo un dos por uno: la película "Ha nacido una estrella" ("A Star Is Born"), con LADY GAGA y BRADLEY COOPER. Una bonita historia en la que una de las protagonistas es la muerte, si bien queda relegada al último lugar del reparto gracias al amor y a una música bellísima. Si no la habéis visto, os la recomiendo, que la disfrutéis.